Baisma

Por Naroa Vázquez - Julio de 2025

En un entorno empresarial donde la sostenibilidad se ha convertido en una exigencia regulatoria y de mercado, las Declaraciones Ambientales de Producto (EPD, por sus siglas en inglés: Environmental Product Declaration) emergen como herramientas clave. Permiten comunicar de forma objetiva, transparente y verificable los impactos ambientales de productos y servicios.

Más allá del cumplimiento normativo, las EPD refuerzan la posición competitiva en sectores como la construcción, industria, energía o alimentación, y facilitan el acceso a licitaciones, financiación verde o cadenas de suministro sostenibles.

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¿Qué es una Declaración Ambiental de Productos?

Una DAP o EPD es un documento técnico estandarizado que comunica, de forma cuantitativa, verificable y transparente, los impactos ambientales asociados al ciclo de vida de un producto o servicio. Basada en normas ISO, debe ser verificada por una tercera parte independiente, lo que garantiza su fiabilidad y uso en contextos oficiales y comerciales.

Su propósito principal es ofrecer un perfil ambiental riguroso, basado en datos calculados mediante Análisis de Ciclo de Vida (ACV) y estructurados según indicadores ambientales definidos y consistentes, por ejemplo:

  • Consumo de recursos (energía, agua, materias primas)
  • Emisiones de gases de efecto invernadero (GEI)
  • Generación de residuos
  • Potenciales de toxicidad, acidificación o eutrofización, entre otros

Aunque estos indicadores están estandarizados y permiten un potencial de comparación, una EPD por sí sola no constituye una comparación ambiental entre productos. Para que dicha comparación sea válida, es necesario que las EPD analizadas hayan sido elaboradas bajo las mismas Reglas de Categoría de Producto (PCR) y con el mismo enfoque metodológico.

¿Cómo se elabora?

Las EPD se rigen por la ISO 14025, que define el etiquetado ambiental tipo III. Esta norma requiere:

  • La aplicación de un Análisis de Ciclo de Vida (ACV) conforme a ISO 14040/14044
  • El uso de Reglas de Categoría de Producto (PCR) para asegurar la coherencia y comparabilidad
  • La verificación independiente por tercera parte
  • Un formato estandarizado para la comunicación pública de resultados

Norma ISO 14025: marco normativo para las Declaraciones Ambientales de Producto

Las Declaraciones Ambientales de Producto se desarrollan en el marco de la familia de normas ISO 14020, que agrupa los diferentes tipos de etiquetado ambiental. En particular, las EPD corresponden al etiquetado tipo III, definido por la norma ISO 14025.

Esta norma establece que la cuantificación de impactos ambientales debe realizarse mediante un Análisis de Ciclo de Vida (ACV) conforme a las normas ISO 14040 e ISO 14044. Además, exige que el estudio esté respaldado por Reglas de Categoría de Producto (PCR, por sus siglas en inglés), que especifican cómo aplicar el ACV a tipos de productos concretos para asegurar la comparabilidad.

La norma también requiere que los resultados sean verificados por una tercera parte independiente y proporciona un marco estandarizado para la comunicación transparente de los impactos ambientales de productos, permitiendo su uso en declaraciones públicas, comparaciones entre productos y compras sostenibles.

Del impacto al mercado: el valor estratégico de las Declaraciones Ambientales de Producto (DAP/EPD)

Reglas de categoría de producto (RCP): base técnica para la comparabilidad

Las RCP detallan cómo debe desarrollarse el ACV, qué indicadores reportar y bajo qué condiciones para una categoría específica de producto. Son, por tanto, un componente esencial para garantizar que las EPD sean fiables, comparables y útiles tanto para la comunicación ambiental como para el propio cálculo. Otros marcos de medición también emplean las RCP como base de cálculo, como por ejemplo la huella de carbono de producto alineada con la ISO 14067.

¿Dónde se registran las EPD?

Un aspecto clave de las EPD es su verificación por terceros independientes, lo que garantiza la fiabilidad y credibilidad de la información publicada. Las EPD deben publicarse en programas reconocidos de verificación, que aseguren la trazabilidad, validez y transparencia del documento. Algunos de los más utilizados son:

Estos programas exigen el cumplimiento estricto de las normas ISO y los PCR aplicables, así como la revisión crítica independiente del estudio realizado.

Programas de verificación EPD - Baisma

Relación con normativas o marcos de referencia

Las EPD se basan en un ACV estandarizado y verificado, lo que les permite integrarse de forma directa con varios marcos normativos centrados en el análisis ambiental de productos, como es la huella de carbono de producto, por ejemplo. Gracias a su estructura estandarizada y verificable, las EPD también podrían jugar un rol clave en el desarrollo del Pasaporte Digital de Producto, una iniciativa de la Unión Europea orientada a mejorar la trazabilidad, la transparencia y la circularidad de los productos comercializados en el mercado único.

Además, están reconocidas en sistemas como LEED o BREEAM y pueden utilizarse como base técnica para optar a ecoetiquetados tipo I (ISO 14024), facilitando la validación de criterios ambientales exigidos por estos programas, o como soporte técnico en el cumplimiento de normativas ambientales, como puede ser la CSRD o la alineación con la Taxonomía de la UE.

Así, las EPD se consolidan como una herramienta versátil que conecta la medición ambiental con múltiples obligaciones y oportunidades de mercado.

Beneficios competitivos y comunicacionales

Las EPD permiten comunicar de forma clara y objetiva el impacto ambiental de los productos, lo que refuerza la transparencia frente a consumidores, clientes y reguladores. También ayudan a diferenciarse en el mercado, al demostrar con datos verificables un compromiso real con la sostenibilidad. Además, son reconocidas en esquemas de compras públicas y certificaciones ambientales, lo que facilita el acceso a nuevos mercados y licitaciones. Por último, el proceso de elaboración — basado en el análisis del ciclo de vida — permite identificar mejoras en eficiencia y sostenibilidad, con beneficios tanto ambientales como operativos.

¿Es obligatoria una EPD?

Las EPD no son obligatorias de forma generalizada, pero su uso es cada vez más demandado para:

  • Acceder a contratos y licitaciones que valoran el desempeño ambiental
  • Demostrar cumplimiento con criterios ESG y compromisos de sostenibilidad
  • Participar en mercados internacionales con requerimientos ambientales específicos
  • Evitar el greenwashing mediante datos verificables

¿Quieres transformar tus datos ambientales en una ventaja competitiva real? En Baisma te ayudamos a desarrollar tus EPD y a integrarlas en tus procesos, reportes y propuestas de valor. Cuéntanos tu proyecto.

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